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La última patrulla... El Barrio frente a las emergencia


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Contenido.

Introducción.

Participación Social en la Protección Civil.

El Barrio.

La Emergencia.

¿Cómo se enfrenta la Emergencia?

¿Cómo me organizo?

El plan.

Las brigadas.

Generalidades de los desastres.

Problemas comunes a todos los desastres.

Principales efectos de todos los desastres.

Pasos a seguir por el primero en responder.

Estructuras colapsadas.

Busqueda y localización de personas atrapadas.

Atencion a las víctimas.



INTRODUCCIÓN.


Cuando se ha producido el colapso de una estructura o edificio, se originan gran cantidad de escombros que pueden contener entre ellos a personas atrapadas, en diferentes circunstancias de sobre vida.


La experiencia nos indica que un 50% de estas victimas se encuentran en la superficie, un 35% se hallan atrapadas ligeramente y el 15% restante esta oculta en algún espacio reducido. Por ejemplo: durante el reciente suceso del colapso y deslizamiento de suelo ocurrido en la comunidad de Juan del Grijalva, municipio de Ostuacan; donde el 90% de los sobrevivientes fueron evacuados por otras personas no entrenadas, que resultaron ilesas, usando sus manos y herramientas simples que ellos poseían como palas, picos, azadones, etc. Lo que quiere decir que muchas personas salieron de entre los escombros por si mismos y fueron a salvar a otros.


Tanto los rescatadores como las personas rescatadas se constituyeron en la columna vertebral de los grupos de salvamento y más del 80% de los atrapados bajo lo escombros fueron salvados por ellos.

Por lo tanto, los esfuerzos por salvar vidas en una comunidad golpeada por la naturaleza, recaen sobre la capacidad de los supervivientes relativamente ilesos, incluyendo voluntarios no entrenados, para sobreponerse a la inclemencia del suceso.


La rápida localización y evacuación de las personas lesionadas, condiciona sus posibilidades par sobrevivir, por lo que es suma importancia llegar hasta ellas en el menor tiempo posible para que puedan ser atendidas adecuadamente por los servicios médicos y especializados.


PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA PROTECCIÓN CIVIL:

GRUPOS VOLUNTARIOS, VECINALES Y NO GUBERNAMENTALES


No habiendo una estrategia específica respecto al tema, han surgido un sinnúmero de organizaciones que como común denominador carecen de capacitación y adiestramiento adecuados, especialización, equipamiento específico, un padrón regular de integrantes, y en muchos de los casos de una existencia formalizada desde el punto de vista jurídico.


Dichas agrupaciones actúan al margen de la autoridad, sin supervisión ni control, lo que ha generado más de algún problema, que incluso ha trascendido al ámbito judicial, evidenciando la necesidad de establecer reglas de participación de dichas agrupaciones en acciones de protección civil.


En otra vertiente, han surgido y proliferado organizaciones vecinales y no-gubernamentales, enfocadas principalmente a aspectos de derechos humanos y ecología, incidiendo de manera lateral en acciones de protección civil, por lo que es importante convocarlos a involucrarse de manera decidida y organizada puesto que, los objetivos de la protección civil sólo se alcanzarán cuando exista una participación corresponsable y comprometida de sociedad y gobierno.





EL BARRIO.


Un barrio, es un sector o comuna residencial, alejado del centro de la ciudad, específicamente, ubicado en la periferia de ésta. En su mayoría está compuesto de casas unifamiliares. Muchos servicios tienen cierto grado de autonomía y se rigen bajo un reglamento interno de convivencia y construcción, y tienen una densidad poblacional mucho menor que los barrios del centro de la ciudad. Algunos barrios más desarrollados cuentan con algunos servicios, como hospitales, escuelas y centros comerciales, lo que los hace independientes de la ciudad. Sin embargo, muchos de los residentes se desplazan diariamente a la ciudad para trabajar, utilizando carreteras o trenes suburbanos como vías de transporte.


Las características de su población, son de gente joven de clase media trabajadora, que se establece en multinúcleos menores dispersos, cercanos a la ciudad y comunicados con sistemas de carreteras hacia las periferias. El modelo de convivencia de la vida social es por amistades en espacios públicos, escuelas, plazas, fiestas, etc., que da uniformidad a los servicios e instituciones y a una calidad de vida de habitabilidad superior a la ciudad: espacios verdes, paisaje abierto, etc., pero trasladando los mismos problemas si no se cuida la planificación y se evitan los factores que han hecho declinar a las ciudades, algunas veces por falta de prevención ante la ocurrencia de desastres naturales o los mismos accidentes ocasionados por el hombre.



LA EMERGENCIA.


Un desastre es el estado en que la población de una o más colonias, sufre severos daños por el impacto de una calamidad devastadora, sea de origen natural (lluvias intensas, huracanes, inundaciones, terremotos) o producida por descuido del hombre (incendios); enfrentando la perdida de los miembros de la familia, infraestructura o entorno, de tal manera que se desajusta y se impide el desarrollo de las actividades esenciales (trabajo, educación, servicios médicos, etc.) de la sociedad, afectando el funcionamiento de los sistemas de subsistencia.


Estos desastres se caracterizan por el gran número de seres humanos y animales muertos o con lesiones temporales y/o permanentes de unos y de otros; la gran cantidad de damnificados que provoca y que demandan atención; la desorganización de los servicios públicos, como el abastecimiento de agua, suministro de alimentos, electricidad, comunicaciones, sistemas de drenaje, salud publica y gas, entre otros. Daños, también, de propiedades privadas y/o publicas; la fácil propagación de enfermedades; una afectación de gran impacto por largos periodos.


Puede llegar a rebasar la capacidad de respuesta.


Es importante resaltar que, la seguridad publica de un Estado, se ve influida en los ámbitos interno, externo y natural, desde los cuales pueden provenir peligros, riesgos, amenazas o factores adversos, que pueden producir graves daños, a la población, al desarrollo y al medio ambiente. Estos desastres, no solo tienen efectos locales; sus daños a la economía y por ende a la sociedad y al medio ambiente, pueden causar inestabilidad dentro del sistema político de un Estado, derivado de la capacidad o incapacidad para atenderlo y solucionar la problemática que origina.


¿COMO SE ENFRENTA LA EMERGENCIA?


Cuando se produce una emergencia que requiere realizar actividades de salvamento se generan cuatro categorías de grupos de intervención:


Grupo 1. Supervivientes.


La reacción inmediata de los supervivientes de un desastre, cuando han comprobado que no han resultado heridos, es ayudar a sus familias y vecinos. A menudo no saben que hacer, pero obviamente se encuentran ante una situación grave y sienten que deben hacer algo.


Estas buenas intenciones pueden agravar la situación de los que están siendo ayudados, hasta el punto en el que la posibilidad de perder la vida sea mayor de lo que realmente era. Sin embargo, los ilesos y los heridos leves pueden ser los únicos con esperanzas de sobrevivir entre muchas victimas, si no existen otros peligros en la zona de la emergencia (como gases tóxicos, productos químicos, incendios, animales, etc.)


El primer grupo que comenzará las tareas de salvamento esta compuesto por aquellos supervivientes físicamente capaces de hacerlo. El potencial para hacerlo es grande, pero también es enorme el peligro inherente que conlleva realizar los salvamentos de estas personas.


Grupo 2. Personal no entrenado.


La segunda ola de socorristas esta formada por personas que o han sido testigos desde zonas cercanas o se desplazan a la zona por curiosidad o deseo de atender a las víctimas. Aunque no están emotivamente afectados como los supervivientes, el peligro de actuar de este personal no entrenado es un factor que debe ser considerado. Desde el punto de vista positivo, a menudo aportan con ellos los recursos necesarios y pueden ser efectivos si se les mantiene bajo control y adecuadamente supervisados. Desafortunadamente también se incorpora a este grupo un gran número de curiosos que son únicamente eso, “Curiosos”. No tiene intención de ayudar sino de mirar. Se sitúan en las vías de acceso, lanzan gritos alarmantes y generalmente se suman a la excitación existente, siendo esto lo ultimo que se necesita, especialmente desde el punto de vista de las víctimas.


Grupo 3. Servicios públicos locales.


El siguiente grupo en incorporarse al lugar son los servicios públicos, Bomberos, policía, Protección civil; se necesita un tiempo para desplazar estos servicios y que lleguen al lugar de la intervención. Cuanto antes lleguen, menos tiempo tendrán los otros dos grupos para agravar la situación y crear menos peligros tanto para las victimas como para ellos mismos. Estos equipos bien entrenados, deben saber que hacer, como utilizar los recursos disponibles y desplazar al personal no entrenado de tareas no necesarias que pondrían en peligro a otras personas.


Grupo 4. Equipos especiales.


Finalmente se presentan en la zona afectada equipos especializados en estas labores, con equipamiento sofisticado y gran cantidad de recursos.

Como hemos visto, mas del 85% de los salvamentos se realizan en las primeras horas, y que los primeros equipos de especialistas no llegan a presentarse en el lugar del siniestro durante las primeras horas.

Intentando sanar esta carencia se ha diseñado el presente manual para atender la primera intervención con los medios y recursos locales, en el salvamento de las posibles personas afectadas, rentabilizando los medios con que los integrantes de los barrios pueden encontrar en sus domicilios.



¿CÓMO ME ORGANIZO?






EL PLAN


La planificación y la previsión son vitales para establecer un adecuado sistema logístico. Esta planificación debe estar basada en un buen conocimiento del barrio y su entorno social, político y físico de la zona en donde se desarrollarán las operaciones. La construcción de este sistema requiere también de un apropiado plan de implementación y operaciones, el cual tiene que ser entendido y aceptado por todos y cada uno de los involucrados en su aplicación.


Este plan debe responder a las siguientes preguntas y describir con claridad sus respuestas:


¿Cuáles son las tareas que deben ser realizadas?;

¿Quiénes serán los responsables de realizar dichas tareas (más que individuos, se debe identificar áreas de responsabilidad)?

¿Quién estará a cargo de la coordinación?

¿Cuáles recursos serán necesarios? ¿Cómo y dónde se conseguirán?


LAS BRIGADAS.


El factor más importante para que la brigada alcance sus objetivos, es el elemento humano que la integra. Si consideramos que los brigadistas afrontaran situaciones de emergencia, esto implica que se encontrarán bajo tensión al realizar una serie de procedimientos y toma de decisiones. Es importante señalar que para ser brigadista de Protección Civil se requiere voluntad y deseos por apoyar a nuestros semejantes, también es necesario tener aptitud, actitud y conocimientos y desarrollar habilidades que garanticen un óptimo desempeño.


El personal que integra las brigadas debe poseer las siguientes características:


Capaz de tomar decisiones bajo presión y desempeñarse con seguridad ante una situación de emergencia.

Tomar las decisiones correctas que permitan controlar y terminar la emergencia. Tener excelente condición de salud física y psicológica.

Poseer coordinación y destreza para el manejo de equipo y/o herramientas de emergencia.

Tener experiencia (deseable) en la atención de emergencias.

Ser personas mentalmente dispuestas para realizar este tipo de tareas. Esto dependerá de la aptitud que tenga el personal para ayudar al prójimo, lo cual se vera favorecido cuando colaboran de manera voluntaria.

Tener don de mando.


PROBLEMAS COMUNES A TODOS LOS DESASTRES NATURALES


Reacción social.


La conducta de los afectados por los desastres rara vez evoluciona hacia el pánico generalizado o la espera aturdida. Una vez recuperados de la conmoción inicial comienzan a actuar de forma positiva para alcanzar metas personales bien definidas y se incrementa la acción individual espontánea pero sumamente organizada. Los sobrevivientes de los terremotos suelen comenzar las actividades de búsqueda y rescate a los pocos minutos del impacto, y a las pocas horas ya se han organizado en grupos para asumir tareas diversas de atención. Solo en circunstancias excepcionales surgen comportamientos activamente antisociales como, por ejemplo, el saqueo generalizado. Algunas veces las reacciones espontáneas de las personas son totalmente racionales, pero pueden resultar perjudiciales para los intereses generales de la comunidad, por ejemplo, cuando funcionarios de empresas de servicios públicos no acuden a sus puestos de trabajo hasta después de haber puesto a salvo a sus familiares y bienes.


Como los rumores abundan, sobre todo respecto a epidemias, las autoridades pueden verse sometidas a una gran presión para adoptar medidas de emergencia tales como la vacunación masiva contra la fiebre tifoidea o el cólera sin un fundamento sanitario sólido. Además, muchas personas son reacias a aceptar las medidas que las autoridades consideran necesarias.


Durante los períodos de alarma o después de ocurrir un desastre natural, mucha gente se resiste a ser evacuada, incluso aunque sea probable que sus hogares puedan resultar destruidos o, de hecho, ya lo estén.


Enfermedades transmisibles


Los desastres naturales no provocan brotes masivos de enfermedades infecciosas, aunque en algunas circunstancias aumentan las posibilidades de transmisión. A corto plazo, el aumento de la incidencia de enfermedades que se observa con mayor frecuencia obedece a la contaminación fecal del agua y los alimentos, lo que ocasiona mayormente enfermedades entéricas.


El riesgo de brotes epidémicos de enfermedades transmisibles es proporcional a la densidad (hacinamiento) y el desplazamiento de la población, puesto que esos factores degeneran las condiciones de vida y aumentan la demanda de abastecimiento de agua y alimentos, los cuales en estas circunstancias son usualmente escasos. En el período inmediatamente posterior al desastre también crece el riesgo de contaminación - tal como sucede en los campamentos de refugiados - se interrumpen los servicios sanitarios existentes - como los de agua potable y el alcantarillado -, y resulta imposible mantener o restablecer los programas ordinarios de salud pública.


En el caso de los desastres complejos, en los que son frecuentes la malnutrición, el hacinamiento y la ausencia de las condiciones sanitarias más básicas, han ocurrido brotes de cólera u otras enfermedades.


Desplazamientos de la población


Cuando se producen grandes movimientos de población, espontáneos u organizados, se crea una necesidad urgente de proporcionar asistencia humanitaria. La población suele desplazase hacia las áreas urbanas, donde los servicios públicos son insuficientes para afrontar la llegada masiva de estas personas, con el consiguiente aumento de las cifras de morbilidad y mortalidad. Cuando el desastre destruye la mayoría de las viviendas, pueden producirse grandes movimientos de población dentro de las propias áreas urbanas porque los afectados buscan cobijo en los hogares de familiares y amigos.


La presencia persistente de refugiados y poblaciones desplazadas es más probable en los casos de conflictos internos, como los sucedidos en América Central en los años ochenta o en la actualidad en Colombia.



Exposición a la intemperie


Los peligros sanitarios asociados a la exposición a los elementos no son grandes en los climas templados, ni siquiera después de los desastres. Mientras se mantenga a la población en lugares secos, razonablemente bien abrigada y protegida del viento, las defunciones por exposición a la intemperie no parece constituir un riesgo importante en América Latina y el Caribe. En consecuencia, la necesidad de proporcionar refugios de emergencia depende en gran medida de las circunstancias locales.


Alimentación y nutrición


La escasez de alimentos en el período inmediatamente posterior al desastre suele deberse a dos causas. Por una parte, la destrucción de los depósitos de alimentos en la zona afectada, así como las pérdidas personales, reduce la disponibilidad inmediata de alimentos y, por la otra, la desorganización de los sistemas de distribución puede dificultar el acceso a los alimentos, incluso cuando no existe una escasez absoluta. Después de los terremotos la carencia generalizada de alimentos no es tan grave como para provocar problemas de nutrición. Los desbordamientos de los ríos y las crecidas del mar pueden deteriorar las despensas de alimentos en los hogares y arruinar los cultivos, interrumpen la distribución y provocan serias dificultades. La distribución de alimentos puede ser una necesidad importante en el corto plazo, aunque en general, las importaciones o donaciones en gran escala de alimentos son generalmente innecesarias.


Abastecimiento de agua y servicios de saneamiento


Los sistemas de abastecimiento de agua potable y alcantarillado son especialmente vulnerables a los desastres naturales y su destrucción o la interrupción de los servicios conllevan graves riesgos sanitarios. Esos sistemas son extensos, a menudo están en mal estado desde antes del desastre y expuestos a diversos peligros. Las deficiencias en la cantidad y calidad del agua potable y los problemas de eliminación de excretas y otros desechos traen como consecuencia un deterioro de los servicios de saneamiento que contribuye a crear las condiciones favorables para la propagación de enfermedades transmitidas por el agua.


Salud mental


Inmediatamente después de los desastres, la ansiedad, las neurosis y la depresión no constituyen graves problemas de salud pública; por esa razón, las familias y vecindarios de las sociedades rurales o tradicionales pueden afrontarlos temporalmente. Por el contrario, los socorristas mismos suelen constituir un grupo de alto riesgo. Siempre que sea posible, deben hacerse todos los esfuerzos necesarios para preservar la estructura social de las familias y las comunidades; asimismo, se debe evitar enérgicamente el uso indiscriminado de sedantes o tranquilizantes durante la fase de socorro de emergencia.


En las zonas industrializadas o metropolitanas de los países en vías de desarrollo, existe un aumento significativo de los problemas de salud mental durante las fases de rehabilitación y reconstrucción a largo plazo, lo que significa una necesidad de tratamiento durante esos períodos.


Daños a la infraestructura


Los desastres naturales suelen producir graves daños a las instalaciones vitales de las comunidades, y tienen un efecto directo sobre la salud de las poblaciones que dependen de esos servicios. En el caso de hospitales y centros de salud cuya estructura es insegura, los desastres naturales ponen en peligro la vida de sus ocupantes y limitan la capacidad de la institución para proveer servicios a las víctimas. El terremoto que sacudió a la Ciudad de México en 1985 provocó el colapso de 13 hospitales. En solo tres de ellos murieron 866 personas, 100 de las cuales formaban parte del personal de salud; asimismo, se perdieron aproximadamente 6.000 camas de los establecimientos metropolitanos. En 1988, el huracán Mitch dañó o destruyó los sistemas de suministro de agua de 23 hospitales de Honduras y afectó a 123 centros de salud. Los desastres provocados por el fenómeno de El Niño en el Perú entre 1997 y 1998 afectaron a casi 10% de los servicios de salud del país.


Estos efectos destructivos tienen igualmente repercusiones sobre la infraestructura, equipos y otros recursos útiles para la llegada, almacenamiento y trasiego de los suministros.





PRINCIPALES EFECTOS DE LOS DESASTRES


Los efectos diversos de los desastres sobre la población y su entorno, generan diferentes tipos de necesidades y por ende, diferentes requerimientos para solventar esas necesidades. Por esa razón es importante figurarse en términos generales cuáles son estos efectos y cuáles los sistemas que son afectados más comúnmente. Sin embargo, tal y como la experiencia lo demuestra, dichos efectos no se pueden asumir como patrones absolutos, ya que el grado de impacto y la forma de afectación de un desastre, tiene relación con las especificidades sociales, económicas, culturales, etc. de la región afectada. Bajo este enfoque, se presenta a continuación algunas características básicas de dichos efectos.


Terremotos


Debido a la destrucción de las viviendas, los terremotos pueden provocar numerosas defunciones y lesiones. El resultado depende fundamentalmente de tres factores.


El primero es el tipo de vivienda. Las casas construidas con adobe, piedra en seco o sin refuerzo de mampostería, aunque sean de un solo piso son muy inestables y su colapso cobra muchas víctimas. Se ha comprobado que los edificios de construcción liviana, especialmente los de estructura de madera, son mucho menos peligrosas.


Por ejemplo, después del terremoto de 1976 en Guatemala, una encuesta realizada en un pueblo de 1.577 habitantes reveló que las 78 defunciones y las heridas graves afectaron a las personas que residían en viviendas de adobe mientras que sobrevivieron las personas que habitaban en edificios con estructura de madera. En el terremoto que asoló a los pueblos bolivianos de Aiquile y Totora en 1998, 90% de las defunciones fueron consecuencia del derrumbamiento de casas de adobe.


El segundo factor se vincula con la hora en que ocurre el terremoto. La noche resultó especialmente letal en los terremotos de Guatemala (1976) y Bolivia (1998), en los que la mayor parte de los daños ocurrieron en casas de adobe. En las zonas urbanas, con edificios de vivienda mejor construidos pero no así las escuelas u centros de trabajo, los terremotos diurnos provocan tasas de mortalidad más altas. Ese fue el caso del terremoto que sacudió a dos ciudades de Venezuela en 1977. En Cumaná se desplomó un edificio de oficinas y en Cariaco resultaron destruidas dos escuelas; esos edificios fueron los sitios donde ocurrió el número mayor de defunciones y lesiones.


El tercer factor es la densidad de la población: en las zonas más densamente pobladas suele ocurrir el mayor número total de defunciones y lesiones.


Como resultado del evento sísmico, pueden ocurrir desastres secundarios que aumentan el número de víctimas que requieren atención médica. Aunque históricamente el fuego constituye el mayor riesgo, en las últimas décadas fueron raros los incendios posteriores a los terremotos que causaron daños masivos a las personas. No obstante, entre las consecuencias del terremoto que asoló a Kobe, Japón, en 1995, se produjeron más de 150 incendios a los que se atribuyeron unas 500 defunciones y daños en aproximadamente 6.900 estructuras. El bloqueo de las calles por los edificios derruidos y los escombros, así como los graves daños sufridos por el sistema de suministro de agua, dificultaron los esfuerzos encaminados a apagar el fuego.


Respecto a las lesiones, la pauta general probablemente sea la de un gran número de personas con contusiones de menor importancia, un grupo más reducido con fracturas simples y una minoría con fracturas múltiples graves o lesiones internas que requieren atención quirúrgica u otro tipo de tratamiento intensivo. Por ejemplo, después del terremoto de México de 1985, el número de pacientes tratados por los servicios médicos de emergencia fue de 12.605, de los cuales 1.879 (14,9%) necesitaron hospitalización y, aunque algunos casos fueron de rutina, la mayoría permaneció en el hospital durante 24 horas.


La mayor parte de la demanda de servicios de salud tiene lugar en las primeras 24 horas siguientes al fenómeno. Los heridos suelen acudir a los servicios médicos solo durante los primeros 3 a 5 días; transcurridos los cuales, la cantidad de consultas médicas vuelven casi a la pauta anterior al desastre. Un buen ejemplo de la importancia crucial de la cronología de la atención de emergencia oportuna se observa en el número de admisiones a un hospital de campo después del terremoto de 1976 en Guatemala. El número de ingresos cayó de manera pronunciada a partir del sexto día, a pesar de la búsqueda intensiva de damnificados en las zonas rurales remotas.


Los pacientes tienden a acudir en dos oleadas; en la primera, se presentan las víctimas provenientes de la zona inmediata al establecimiento médico y, en la segunda, llegan los casos enviados al establecimiento a medida que se van organizando las operaciones de socorro en las zonas más distantes.


Vientos destructivos


El número de muertes y lesiones provocadas por los vientos destructivos suele ser escaso, a menos que la situación se complique con desastres secundarios asociados a esos vientos, tales como inundaciones o marejadas. Las advertencias eficaces previas a la llegada de la tormenta de viento limitan la morbilidad y la mortalidad, y la mayoría de las lesiones suelen ser relativamente menores. Las consecuencias más graves de los huracanes y las tormentas tropicales sobre la salud pública se deben más a las lluvias torrenciales y las inundaciones que al viento mismo. Tras el huracán Mitch de 1998, el número de víctimas mortales, calculado en 10.000 en los países de América Central, se debió principalmente a las inundaciones y los torrentes de lodo.



Inundaciones repentinas, crecidas del mar y tsunamis


Estos fenómenos suelen causar una gran mortalidad pero dejan una estela relativamente escasa de lesiones graves. La mayoría de las defunciones se deben a ahogamientos y son más comunes entre niños y ancianos. Más de 50% de las muertes ocurridas en Nicaragua tras el paso del huracán Mitch en 1998 se debieron a las inundaciones y torrentes de lodo procedentes de las laderas del volcán Casitas.



Actividad volcánica


Hay volcanes en todo el mundo y son muchas las personas que viven en su proximidad. El fértil suelo volcánico es bueno para la agricultura y resulta atractivo para el establecimiento de ciudades y pueblos. Además, los volcanes pasan por largos períodos de inactividad y varias generaciones ignoran la experiencia de una erupción. Esa situación hace que la población sienta un cierto grado de seguridad pese al peligro de vivir cerca de un volcán. La dificultad para predecir cuando se producirá una erupción hace más compleja su prevención.


Las erupciones volcánicas afectan a la población y a la infraestructura de muchas formas. Las lesiones traumáticas inmediatas suelen deberse al contacto con el material volcánico pues las cenizas sobrecalentadas, los gases, las rocas y el magma suelen causar quemaduras suficientemente graves como para provocar la muerte inmediata. Por su parte, la caída de rocas y piedras suele ocasionar fracturas óseas y otras lesiones por aplastamiento, y la inhalación de los gases y humos producen trastornos respiratorios.


Los establecimientos sanitarios y otros edificios e infraestructuras pueden resultar destruidos en cuestión de minutos si se encuentran en el camino del fluido piroclástico y de los lahares.


Las cenizas acumuladas en los tejados de las casas generan riesgo de derrumbamiento, especialmente si llueve, ya que el agua aumenta enormemente el peso de la ceniza. La contaminación ambiental (por ejemplo, del agua y los alimentos) con cenizas volcánicas altera las condiciones de salud ambientales, y ese efecto se complica cuando se debe evacuar a la población y alojarla en albergues provisorios.


Una de los desastres más devastadores padecidos en América Latina fue la erupción del volcán Nevado del Ruiz, que tuvo lugar en Colombia en noviembre de 1985. El calor y las fuerzas sísmicas fundieron una parte de la cubierta de hielo del volcán y produjeron un lahar enorme que enterró a la ciudad de Armero, mató a 23.000 personas e hirió a otras 1.224. Además, resultaron afectados aproximadamente 1.200 km² de tierra agrícola de primera en la base del volcán.


Inundaciones


La morbilidad y la mortalidad inmediatamente posteriores a las inundaciones lentas y progresivas son limitadas. Los traumatismos causados por las inundaciones son escasos y solo requieren una limitada atención médica. Pese a que las inundaciones no suelen provocar aumentos de la frecuencia de enfermedades, sí pueden dar lugar a brotes de enfermedades transmisibles como consecuencia de la interrupción de los servicios básicos de salud pública y el deterioro general de las condiciones de vida. Ese efecto despierta una preocupación especial cuando la inundación se prolonga, tal como ocurrió con los desastres provocadas por el fenómeno El Niño.


Aludes


Los aludes se han convertido en desastres cada vez más frecuentes en América Latina y el Caribe. La deforestación intensa, la erosión del suelo y la construcción de asentamientos humanos en zonas propensas a experimentar deslizamientos de tierra provocaron varios episodios catastróficos en los últimos años, tanto en las zonas urbanas como en las rurales. Las lluvias que acompañaron a la tormenta tropical Bret desencadenaron aludes en barrios pobres de los suburbios de Caracas, Venezuela, en agosto de 1993, causaron por lo menos 100 defunciones y dejaron a 5.000 personas sin hogar. En general, este tipo de fenómeno provoca una elevada mortalidad pero pocas lesiones. Si existen estructuras sanitarias (hospitales, centros de salud o sistemas de abastecimiento de agua) en el camino del deslizamiento, estas quedarán gravemente dañadas o destruidas. .




PASOS A SEGUIR POR EL PRIMERO EN RESPONDER, AL LLEGAR A LA ESCENA:


Las personas que trabajan en un incidente deben de seguir los siguientes pasos:


Informar a las autoridades de su arribo a la escena Asumir el mando y establecer el Puesto de ComandoAl establecer el PC asegúrese que este tenga las siguientes condiciones:


Seguridad Visibilidad Facilidades de acceso y circulación Disponibilidad de comunicaciones Lugar alejado de la escena, del ruido y la confusión Capacidad de expansión física Evaluar la situación

¿Cuál es la naturaleza del incidente?

¿Qué sucedió?

¿Qué amenazas están presentes?

¿De qué tamaño es el área afectada?

¿Cómo podría evolucionar?

¿Cómo se podría aislar el área?

¿Qué lugares podrían ser adecuados para el Área de Espera y Área de Concentración de Víctimas u otra instalación?

¿Qué rutas de acceso y de salida son seguras para permitir el flujo del personal y del equipo?

¿Cuáles son las capacidades presentes y futuras, en términos de recursos y organización?


Establecer su perímetro de seguridad Al establecer su perímetro de seguridad, debe de considerar los siguientes aspectos:

Tipo de Incidente Tamaño del área afectada Topografía Localización del incidente con relación a las vías de acceso y áreas disponibles alrededor Áreas sujetas a derrumbes, explosiones potenciales, caída de escombros, cables eléctricos, etc.

Condiciones atmosféricas Posible ingreso y salida de vehículos

Coordinar la función de aislamiento perimetral con el organismo de seguridad correspondiente

Solicitar al organismo de seguridad correspondiente el retiro de todo el personal que se encuentre en el área del incidente y que no forme parte del personal de respuesta reconocido por el sistema de atención de emergencia.

Establecer sus objetivos Ante una situación de emergencia colectiva, el hecho que va determinar la actuación de los equipos intervinientes es, la desproporción entre las necesidades y los recursos. La resolución eficaz de este tipo de situaciones, requiere de una adecuada actuación adaptada y diferente a los procedimientos habituales para la asistencia a las victimas de manera individual.


La experiencia dice que la complejidad de una operación de esta índole es directamente proporcional a la magnitud de la situación, pero inversamente proporcional a la planificación previa que se haga de la misma. Por ello, tres grandes ideas deben presidir nuestras actuaciones:


Antes de iniciar la asistencia, hay que organizar.

Antes de tratar a lo heridos, hay que clasificar.

Antes de evacuar a los pacientes, hay que planificar.

Salvar el mayor número posible de vidas.

Evitar secuelas.

Rescate de victimas.

Tratamiento-estabilización de los heridos.

Evacuación de los pacientes.

Evitar la progresión de la catástrofe.

Control del área siniestrada.

Proporcionar asistencia medica.

Estabilizar a los heridos para su pronta evacuación.

Regular y ordenar la evacuación.

Determinar las estrategias

Determinar la necesidad de recursos y posibles instalaciones

Preparar la información para transferir el mando


La atención a las emergencias constituye una cadena de actuaciones que, generalmente, se inicia con la actuación del personal de sobrevivientes de los propios ciudadanos. Posteriormente serán los distintos profesionales sanitarios los que se harán cargo de la continuidad de la asistencia. Para poner en marcha este sistema, una de las tareas más importantes, ya sea del socorrista o de la persona que presencia un accidente, es dar aviso.


¿Cuando dar el aviso?


En principio, debe intentarse al mismo tiempo que se ponen en práctica las maniobras de soporte vital básico. Lo ideal sería, mientras se actúa sobre la o las victimas, otra persona de la alarma. En caso de estar solo, o de no haber ninguna persona disponible, primero debe asegurarse el soporte vital y, más tarde, desencadenar la alarma.


¿Cómo dar el aviso?


Antes de llamar, se debe procurar que quien llama conozca la situación de primera mano, puesto que de este modo, el mensaje que transmita será más rico y más exacto, y podrá responder a más preguntas. Antes de llamar el emisor debe tener muy claro donde ocurrió el incidente (localización) y que esta pasando exactamente (naturaleza).


La localización exacta de las victimas es esencial para que los socorros puedan llegar lo antes posible. Si se trata de una carretera debe indicarse de cual se trata, de que kilómetro; es autopista o vía federal, es muy importante saber la dirección. En un domicilio hay que indicar la calle, el número, el piso, la puerta, etc. En resumen, se debe plantear que datos necesitarán saber las personas que escuchan para poder llegar lo antes posible. La naturaleza de la emergencia, el ¿Qué ha pasado?, también tiene que estar muy claro.


Habrá que indicar:


¿Cuál es la naturaleza del incidente?

¿Qué sucedió?

¿Qué amenazas están presentes?

¿De qué tamaño es el área afectada?

¿Cómo podría evolucionar?

¿Cómo se podría aislar el área?

¿Qué lugares podrían ser adecuados para el Área de Espera y Área de Concentración de Víctimas u otra instalación?

¿Qué rutas de acceso y de salida son seguras para permitir el flujo del personal y del equipo?

¿Cuáles son las capacidades presentes y futuras, en términos de recursos y organización?


Numero de victimas.

Estado de las victimas.

¿hablan?

¿respiran?

¿sangran?


Esta información permitirá evaluar las necesidades tanto de la situación como de las victimas, asi como los medios más adecuados para afrontar la situación. No obstante el centro con el que se establece la comunicación puede solicitar la información en un orden diferente al mencionado, o pedir otros datos (nombre y apellidos de la persona que informa, edad, sexo, etc.)


Llamada.


Sabiendo lo que se debe decir, será más fácil:


Mantener la calma. Hablar con claridad y despacio. Informar de forma breve y concisa. name="_ftnref3" title=""[3]




ESTRUCTURAS COLAPZADAS






IDENTIFICACION EXTERIOR





IDENTIFICACION INTERIOR




IDENTIFICACION DE PISOS




IDENTIFICACION DE COLUMNAS







BUSQUEDA Y LOCALIZACIÓN DE PERSONAS ATRAPADAS.


Antes de plantear las operaciones de rescate, los equipos deberan apuntalar los restos más peligrosos. Previamente, la maquinaria pesada libera el camino hacia las ruinas de escombros que entorpezcan la labor de los diferentes equipos.


Su propósito es: “buscar, localizar, accesar, estabilizar y rescatar” (o recuperar en caso de fallecidos) personas que hayan quedado atrapadas en una estructura colapsada.


PASOS PARA REALIZAR LA BUSQUEDA Y LOCALIZACIÓN


Recopilar información

Asegurar la escena Revisar y evaluar la estructura

Rescate en superficie y de fácil acceso

Marcar estructura (INSARAG)

Elaborar el diagrama de la estructura Seleccionar área de búsqueda

Decidir patrón de búsqueda a utilizar

Efectuar el patrón de búsqueda y marcar puntos

Analizar continuamente y reajustar

Confirmar la localización de la víctima

Comunicación, manejo y atención del paciente

Proceder al rescate. cellspacing="0" cellpadding="0" width="331"






ATENCION A LAS VICTIMAS


Durante la actuación en un desastre, las acciones Irán encaminadas a disminuir los daños provocados al personal afectado por algún fenómeno de naturaleza medican, psicológica y/o de salud publica; en caso de desastre natural o antropogénico. Su principal función es la de proporcionar atención sanitaria urgente a la población de la zona en que se haya presentado el fenómeno perturbador. Normalmente, esto ocurrirá en situaciones poco favorables, pero debiendo asegurar el rescate; ello implica proporcionar los primeros auxilios y asegurar la evacuación de los lesionados según la gravedad de las personas y bajo las condiciones que permita el propio incidente.


Normalmente se llevan a cabo actividades de búsqueda y rescate, evacuación y hospitalización de personas, en ambientes de dramatismo y confusión, por lo cual se puede decir que la atención médica en casos de desastre no es un problema de salud, sino también de organización.


Las principales características de una situación de crisis son:

La imprevisión,

Tensión,

Dramatismo,

La confusión organizativa,

Agotamiento físico,

y Escasez de recurso.




MANEJO DE CADÁVERES EN LAS ZONAS AFECTADAS.


Durante un desastre la perdida de vidas humanas es una realidad, por lo tanto se hace difícil para las autoridades su manejo. El hallazgo de mas de un cadáver plantea la necesidad de aplicar medidas que no alteren orden natural del lugar, la autoridad que arribe al escenario lo debe de preservar y limitar el movimiento de las victimas (cadáveres), pero si se localiza alguna persona que aún esté con vida y requiera atención médica urgente se deberá actuar de inmediato.


La identificación de cadáveres en muchas ocasiones, principalmente en accidentes ferroviarios, de aviación, naturales, etc., se hace difícil debido a la mutilación y/o quemaduras de los cuerpos. Por eso será necesario fundamentar nuestra identificación de los cadáveres en base a los documentos que encontremos en el cadáver, o su vestimenta, las diferentes joyas que suelen usar algunas personas, tatuajes.


APOYO PSICOLOGICO EN CASOS DE DESASTRE.


Un desastre es un evento concentrado en tiempo y en espacio, en el cual la sociedad sufre un daño severo que se traduce en perdidas humanas y/o materiales para sus miembros, de tal manera que la estructura social se desajusta y se obstruye el desenvolvimiento de las actividades esenciales afectando el funcionamiento normal de esta sociedad.


Durante un desastre se presentan como alteraciones psico fisiológicas, las siguientes:

Bloqueo de los estímulos internos, bloqueo de la conexión entre ideas y emociones, reacciones estereotipadas, distorsión en la percepción del tiempo.

Bloqueo de los estímulos externos no relacionados con la emergencia, atención selectiva. Visión en túnel (mirada perdida o fija en un punto). Incremento en el nivel de tolerancia al dolor.







Fecha:

Nombre: Edad: Sexo:


Instrucciones: por favor llene el siguiente cuadro, el nivel de distres que usted ha experimentado en los últimos días después de ocurrido el desastre. Indique aquellos aspectos de su vida a los cuales atribuya su malestar.





Esta escala de distres tiene como finalidad detectar a las personas con mayor afectación emocional, como resultado de la exposición a desastres. Será necesario preparar un espacio donde la persona damnificada pueda sentarse y tenga algún material donde apoyarse. Además de explicar el concepto de distres utilizado en la escala impresa. Al finalizar la prueba después de un máximo de 20 min. Definir si la persona necesita entrevista y apoyo psicológico o psiquiátrico, orientación psicológica, ninguna intervención. Después de definir la situación de la persona será necesario proporcionar el apoyo requerido o enviar al sistema hospitalario adecuado.


COMO LLEVAR A CABO UNA PRIMER AYUDA PSICOLOGICA.


Objetivo: hacer sentir al paciente escuchado, comprendido y aceptado. Disminuir la intensidad de angustia y reactivar la capacidad para la solución de problemas.


¿Cómo se debe hacer?Invitar al paciente a hablar, estar atentos a hechos y sentimientos, resumir y reflejar los hechos y los sentimientos, hacer saber a la victima que se le comprende su situación, comunicar interés, tocar físicamente ¡pero con absoluto respeto! Para examinar las dimensiones del problema debemos preguntar por el pasado inmediato, cual fue el suceso precipitante, sus fortalezas y debilidades antes de la crisis.


Preguntar por el presente de la misma manera que sus fortalezas y debilidades, sus recursos personales o internos, sus recursos sociales o externos.


Preguntar por el futuro inmediato, sobre sus decisiones inminentes o que no pueden esperar. Y las que si pueden hacerlo.


Debemos ayudarlo a analizar las soluciones posibles con el objetivo de identificar una o mas que sean concretas a las necesidades inmediatas o posteriores, proponerle alternativas nuevas.


Ahora bien, si la mortalidad de nuestro paciente es baja y la persona es capaza de actuar en su propio beneficio, entonces la persona decide solo y únicamente se proporcionara apoyo. Sin embargo, si la mortalidad es alta o la persona no es capaz de actuar en u propio beneficio, entonces se requiere una actitud con autoridad y la decisión se toma en conjunto con algún familiar y con el personal


REFERENCIA DE PACIENTES AFECTADOS EMOCIONALMENTE POR UN DESASTRE.

Las personas que cubran los siguientes criterios ameritan ser trasladadas a una institución hospitalaria que cuente con servicio de psiquiatría o psicología.


Puntaje de 8 a 10 en la escala de distres.

Persistencia de sintomatología emocional de intensidad moderada a severa aun después de la primera ayuda psicológica.

Falta de un sistema de apoyo externo (parientes cercanos, amigos, vecinos, etc.)

Elevada mortalidad en el sitio e desastre.

Conducta desadaptativa por ejemplo:

Insomnio persistente. Hiperactividad sexual descontrolada.

Agresividad a si mismo y a otros.

Perder el contacto con la realidad (hablar solo, ver cosas que no existen.) Desorientación en tiempo y espacio. /


[1] "Fuente: Curso Básico Sistema de Comando de Incidentes (CBSCI)” Programa Regional de Asistencia para Riesgos de Desastres (RDAP)"


[2] "Fuente: Curso Básico Sistema de Comando de Incidentes (CBSCI)” Programa Regional de Asistencia para Riesgos de Desastres (RDAP)"



[3] Manual de Búsqueda y Rescate en Estructuras Colapsadas, USAID,

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