top of page

La última patrulla VI Capitulo 4 Invierno…


Hace frío, ha pasado un año de sucesos cálidos y momentos inesperados, pero sigo sintiéndome frío, tal vez siempre estoy esperando que algo increíble me pase, pero no hago nada, no lo busco, solo espero. Ese es mi error y yo mismo me he puesto en esta situación.


De un momento a otro la vida se estancó y yo no hice nada, me quede observando el cielo como si no me perteneciera. Encontré una forma de llamar al silencio y reposar podrido estancado en él. Los días iguales, que un par de gestos cambiarían. Si encontrara allá afuera lo que suelo encontrar acá adentro, si encontrara allá fuera y solo lo que de buena gana formé contigo. Fumé debajo de una higuera buscando respuestas y después de tanto tiempo sin fumar le volví a coger el higo a la gracia y le volví a coger la maña al alcohol. Mañana siempre es un buen día para ser mejor, tengo experiencia basta en negarme a mí mismo ese placer demencial que involucra esfuerzo y trabajo, al fin y al cabo todo lo que tengo viene de ti y a ti solo tengo que amarte de manera silenciosa, para ti solo tengo que estar el tiempo que tu requieras, aunque ese tiempo cada vez sea más escaso o más absurdo - como el abstracto hecho de soñar contigo; si dices que el verde es amarillo yo diré tranquilo que el verde es amarillo.


Mis ojos se perdieron en el cielo, en el naranja del mar y en que me sumerjas divertido entre las fauces de las olas y esa es la constante y no me daña porque soy balsa, porque soy barco, oxidándome en el tiempo dulce de tu indecisión. Y mientras tú salías y yo aquí, aprendí a extrañarte más, sin ninguna clase de pensamiento, sin ninguna letra capaz de anclarme a mí mismo. Esperando. Esperando nada, pero esperando. Por eso el tic tac demente de los relojes de mi casa se sentían como eco en el corazón desbordado y el miedo a que el corazón explote, el miedo a perder la razón, el miedo a matar a tus abuelos de la preocupación, me hizo salir corriendo a pedir ayuda, y caminaba como una loco, apoyando la cabeza en las paredes de la calle, restregándome las manos unas con otras para no sentir el entumecimiento, el cosquilleo en ambos brazos, el temblor leve en ambas piernas y el mundo tan bonito, resumido en muchísimos latidos por minuto, azotándome con el sudor helado y con los rayos brillantes de la luz de la tarde. Solo es miedo. No, he sentido miedo antes, seguro que esta vez es el corazón, seguro que ahora si me muero. El hospital, calmantes, cardiólogo y todo pasó, excepto los nervios. Y entonces caí en la cuenta. Y era una cuenta larga, llena de errores y llena de un amor inmenso que a la larga se va ir aumentando. Es que tenía la ilusión que, yo jamás le hubiera dado la espalda a “mi lugar en el mundo”. Quería salir de mi casa contigo, ir a un lugar claro y ser feliz para siempre en esa burbuja absurda que yo forme para evitar la desilusión constante de tu ausencia hiriente y ese día te busque y ese día entendí que jamás te mudarías conmigo.


Pero a pesar del frio invierno en que ahora vivo, quiero que recuerdes que Fuiste pensado, soñado y anhelado. Hoy estás lejos de mí y sabes que me duele, porque quiero tenerte aquí, abrazarte, besarte y decirte cuanto te amo a través del viento frio que me rodea. No es fácil tenerte tan lejos a pesar de ser un espacio relativamente superable en el tiempo y en la distancia. Deseo poder darte todo el amor del mundo porque fuiste proyectado para cada momento de mi vida.


Tal vez recuerdas que varias veces te soñé. Te vi en la figura de un niño, con el cabello oscuro, los ojos negros y un hermoso rostro. Esos sueños parecían ser tan reales que despertaba creyendo que ya eras parte de mi espacio y de mi vida, que con el transcurrir del tiempo te vería correr, reír y abrazar.


Hoy estás tan lejos que me duele el alma y me tiene destrozado el corazón, pero quiero que sepas que fuiste el producto de un amor dado y de un deseo enorme porque existieras. Quiero darte un amor que sale de lo más profundo de mi ser. Dios sabe que siempre estas en mi mente y que dí de mí para que mañana seas digno de admirar.


Le pido a Dios con fe, la misma que hoy tengo refundida por el dolor y la angustia de una oración hasta hoy no respondida, que me permita tenerte ya, ahora mismo, porque no hallo el momento en que abrazarte sea mi razón de ser.


Esa misma razón de ser, que me permitió llegar hasta aquí sabiendo que serás alguien lleno de valores y que sin importar cuanto te de en lo material, crecerás sabiendo que ante todo tienes un padre que hará lo imposible para que seas feliz.


Estas lejos y duele, pero quiero que sepas que no desmayaré hasta tener la posibilidad de tenerte a mi lado. Y que con el paso del tiempo te pueda mirar a los ojos y decirte que nadie, nadie, salvo el Creador del mundo te arrancará de mi vida, porque hoy te valoro a pesar de la ausencia.


Te amo con amor de padre, pero sobre todo con el más puro sentimiento de alguien que quiere que seas quien fue soñado y quiero que sepas que jamás, en este tiempo de ausencia, dejaste de ser importante para mí, te pienso todos los días, me arrodillo ante Dios para pedirle que te proteja, que te guarde y que seas una bendición. Nunca dejaste de ser para mí, de hecho mi entorno sabe que existes y se formó un batallón de personas al lado mío para pedir por ti, por tu salud, por tu existencia, por mi amor y respeto hacia ti. Estas unido a mí porque te deseé, te anhelé y te soñé y espero que una vez cuando nos encontremos, jamás te separen de mí porque te amo y deseo que la vida me permita verte crecer.


No sé cuánto tiempo Dios me tenga en este mundo, pero espero que cada minuto a tu lado lo disfrute como si fuera el último y que seas mi compañero en este camino que me resta por andar, con la certeza que seremos felices los dos, sabiéndonos cómplices y amigos, ayudándote a formar y a crecer, para que al final del camino te sientas orgulloso de un padre que te amó desde el momento que supo que existías en el vientre de tu madre.


En estos años nunca dejé de pedir por ti y aunque guardé silencio ante el mundo, gritaba en mi soledad y en los espacios en lo que me vi obligado a esconder este sentimiento pidiéndole a Dios que me diera la oportunidad de escribirte estas líneas y sobre todo que pudieras conocerlas para que sepas que te amo con amor profundo y que mi deseo es poder verte crecer desde el vientre de tu madre, sentirte mover y acompañarte días y noches enteras hasta que llegue el momento en que vengas conmigo y seas un sueño cumplido de esta padre que te ama y respeta, porque fuiste proyectado para ser parte de una familia que se formó para darte lo mejor en valores y en amor por dar.

Featured Posts
Recent Posts
Archive
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

2016 by José Luis Perez. Proudly created with Wix.com

  • White Facebook Icon
© Derechos de autor
bottom of page