La última patrulla VI Dante.
“Uno no siempre hace lo que quiere, uno no siempre puede por eso estoy aquí mirándote y echándote de menos. Por eso es que no puedo despeinarte ni ayudarte con la tabla del nueve ni acribillarte a pelotazos” Hombre preso que mira a su hijo. Mario Benedetti.
Capitulo 1
El rey del mundo.
Un niño es el rey del mundo. La naturaleza misma no tiene más función que servir a su gozo y a su enriquecimiento. Allí donde posa la mirada, una profusión de objetos hermosos o extraños se ofrece a su curiosidad. Sensibles a lo menores cambios de luz, la sombra de una nube le sorprende y le maravilla, y el paso de las estaciones le llena de sorpresa, de temor, de esperanza.
El ojo que se abre al universo es un instrumento de conquista ardiente e insaciable; tantas formas nuevas despiertan a cada instante su curiosidad, tantos colores que cambian con el sol, con el viento con la niebla, hacen nacer en él el amor a ese espectáculo conmovedor y feliz, variado hasta el infinito, que cada hora modifica.
La montaña, los prados, el jardín le atrae uno tras otro. Cuando ha abandonado la soledad algo inquietante del bosque, encuentra la encantadora familiaridad del olivar, de la viña, del ciprés, y de las higueras. Nadie trata de forzar su fantasía o su curiosidad. Va a donde le parece en ese espacio libre donde todo le resulta amistoso, las plantas, los animales, las rocas, el cielo, las fuentes y los arroyos. Esta posesión del espacio que nadie le disputa, desarrolla en el su enorme sentimiento de poder e independencia. El mundo le es tan familiar como si el mismo lo creara cada día al contemplarlo. No le es indiferente, ni hostil. No conoce peligros en una naturaleza tranquila, fuerte, maternal; y esa infinita certeza de pertenecer a la naturaleza le llena de confianza y le empuja a acercarse a las cosas, que es su modo de conocer y de apropiarse del universo a través del conocimiento.
El ansia de gozar y el afán de conocer se confunden en él. Le impulsan simultáneamente a la posesión de las cosas. Más aún que el niño de ciudad, el niño que vive sus primeros años en contacto con el campo, descubre la extensión, la capacidad de sorpresa y el hechizo del universo que le rodea.
Este niño que en cuanto gatea por el suelo, olisquea las raíces y las hierbas, empuña las piedras y palpa la superficie, sigue con los ojos al pájaro, la mariposa, la nube, el insecto; se entrega por completo a esa ardiente investigación. Se siente animal con los bichos, vegetal entre matorrales. No distingue su propio cuerpo de la epidermis de la roca y el agua que corre por sus arroyos, que caen en cascadas por las fallas pedregosas de la montaña. Responde a su canto interior, que tiene la misma naturaleza y el mismo acento que la voz del agua.
Dante, aún sin conocerte, desde el primer día que supe que existías, comencé a amarte, y conforme transcurrían los días, mi amor por ti fue creciendo, cada día un poquitito mas, fueron nueve meses en los cuales moría por tenerte entre mis brazos, soñando con ese mágico momento de conocernos al fin,
Cuando naciste, llenaste de emociones nunca antes sentidas mi vida entera, contemplaba en tu presencia la infinita perfección de la vida, contemplaba ante mi, la mas grande creación, la obra maestra, TU, aún recuerdo ese día, y se hijo mío que nunca lo olvidare, podría jurar que fue el día mas hermoso de mi vida, solamente comparable Dante, a verte conquistar de a poquito en poquito el mundo entero.
Te contemplaba cada día tan pequeñito, tan indefenso, que solo inspirabas el mas sincero amor que jamás sentí por nadie, amor que sigo sintiendo, aunque debo decirte que cada día es mayor, un amor que no se compara con ningún otro sentimiento, incondicional, simplemente el amor mas grande que puede existir.
Parece mentira que estés por cumplir doce años de vida, si parece que fue ayer cuando te sostuve por primera vez entre mis brazos, y agradecí al cielo el milagro de tu vida, ha sido realmente hermoso el irte viendo crecer, tus primeras sonrisas, tus primeras palabras, tus primeros pasos, mi pequeño conquistador del universo!!!, es indescriptible la alegría que provocas en mi vida, el escucharte llamarme papá haces que crezca mi corazón que siento que se quiere salir de mi pecho, verte correr por la casa, llenar todo el ambiente de tu presencia, es el regalo mas grande que me puedas dar hijo, el verte crecer sonriente, sano, feliz, es lo mejor que puede sucederme cada día.
Me gusta que seas mi realidad, que tomes mis manos entre tus manitas pequeñas, contemplar tu sonrisa que enmarca tu cara, me derrumbas cuando me abrazas fuertemente, te llevo incrustado en mi mente y mi corazón, cada gesto, cada mirada, cada tono y sonido de tu voz, eres mi razón de vivir y seguir luchando cada día, eres, lo mas importante para mi. Dante gracias por ser mi presente, y mi futuro, gracias por llegar a mi existencia y llenarla de tu ajetreo diario, de emociones y sensaciones que creí olvidadas, me encanta descubrir el mundo a tu lado por segunda vez, gracias por llenar mis días con tu presencia, me gusta ser papá, me gusta ser “TU PAPÁ”.
Se que a veces, en la distancia me percibes triste, y aunque lo he intentado hay veces que me rindo un poco y me has visto llorar, discúlpame por favor, créemelo hijo mío, nunca a sido mi intensión hacerte creer que la vida es difícil, ni dura. Nunca lo olvides, la vida es bella, la vida es hermosa, con sus matices grises y azules, es lo que la complementa, pero nunca, tenlo bien presente, nunca has sido tu causante de ninguna lagrima de pena en mi, pues solo alegrías has venido a traer a mi vida.
Tal vez el día de mañana te lleguen muchas dudas, y tal vez también te sientas diferente, que somos una familia diferente, y en realidad si lo somos, somos una familia única, una familia, tu y yo, y aunque pocos integrantes, tenemos lo mas lindo que pueda tener nadie, que es el amor y comprensión entre nosotros, nunca permitas que nadie te haga sentir mal por ser quien eres, nadie es mas ni menos que tu, eso nunca lo olvides, simplemente el mundo esta lleno de diversidad, eso es lo que le da identidad a lo que somos, y sobre todo recuerda que las decisiones que he tomado, siempre han sido pensando en ti y en tu bienestar, tal vez algún día me equivoque, tal vez ya me haya equivocado, pero siempre he actuado pensando en lo que mejor convenía para ti, impulsado por el amor que te tengo, a final de cuentas nadie nos enseña a ser padres.
Dante, se feliz, solamente eso le pido al cielo que seas feliz siempre, que la vida te siga manteniendo esa sonrisa hermosa que alimenta mi alma, gracias por formarme como tu padre, Te amo muchísimo nunca lo olvides.
Dante, muchas gracias por estar siempre allí con tanta luz, con tanto amor.